viernes, 3 de febrero de 2012

4º Parte De "El Misterio De Aresea"

¡Hola, marineros! (mi nuevo saludo) xD 

Hoy es viernes, lo que significa que hoy toca otra parte de nuestra historia El Misterio De Aresea. Este capítulo explica la vida de Elena y la llegada de Kris al orfanato.
Espero que os guste.

El Misterio De Aresea
-----------------------------------------
Kris estaba en la cama pensando en la forma en la que se libró de aquella bruja con nariz alargada. Suspira. Menos mal que estuvo Elena allí para salvarme el pellejo.

Resulta que cuando parecía que todo me iba bien, mi mundo se derrumbó al ver a aquella bruja a la que todo el mundo llamaba La Cuervo, apareció mi salvadora, Elena.
Por supuesto, no sabéis quién es ella. Os lo cuento:

<<Elena, era una joven muy simpática y agradable, a pesar del pueblo que vino. Era así de buena. Vino desde muy lejos solo para buscar trabajo, desafortunadamente, al principio, no lo encontraba, no había ningún tipo de trabajo. Afortunadamente, pasado un año, el señor  Adolfo Chester, quien buscaba una cocinera para su orfanato, y ella decidió aceptar el puesto.
Pasado unos años, vine yo con la hija del señor Chester (que tenía más malas pulgas que ahora). La primera vez que la vi en la cocina, ella me atendió amablemente preguntándome si buscaba algo de comer.
-¿Buscas algo?-me preguntó con una voz maternal.
Bajé la cabeza tímidamente.
-Y-yo busco al-algo de co-comer...-tartamudeé.
Ella sonrió amablemente y colocó su mano sobre mi hombro, haciendo que me estremeciese.
-No te preocupes, tengo algunas sobras. Si quieres te las sirvo.
Levanté la mirada y asentí lentamente.
-Gracias-contesté con más confianza.
Se acercó a una cacerola que todavía permanecía llena. Cogió uno de los platos de porcelana. Lo colocó en la encimera y empezó a llenarlo de sopa de una humeante y deliciosa sopa. Mi barriga rugía impacientemente.
La cocinera, me plantó el plato delante de mí y sin pensármelo cogí la cuchara y empecé a devorarlo rápidamente. Estaba realmente bueno, con sabor a pollo y hierbabuena. Notaba cómo su mirada se concentraba en mí. Al terminar, alejé el plato de mí y le contesté:
-Estaba delicioso, muchas gracias por la sopa.
Me sonrió ampliamente.
-De nada, vuelves cuando quieras. Estaré aquí para lo que necesites.
Desde ese momento, la visitaba todos los días y ella me contaba historias mientras comía todo lo que me ponía por delante. Sin darme cuenta me hice muy buena amiga de ella.

****
Me revolvía en la cama sin ni siquiera poder dormir. No podía dejar de pensar en nada más que en aquel cachorro de pantera. Sus penetrantes ojos felinos me perseguían en sueños. Gracias a Elena, conseguí liberarme de la directora. Me destapé y toqué con mis pies el frío suelo de madera. Tomé una decisión: iría a ver a la pantera. Sin hacer ruido y con el mismo sigilo que cuando salí del orfanato, salí y me dirigí al sótano. Una vez abajo, me dirigí a la cocina, cogí un cuenco y lo llené de leche pensando que a lo mejor tendría hambre. Con cuidado de que no se me cayera el cuenco lleno, bajé las escaleras de la oscura habitación y me asusté al escuchar extraños ruidos que parecían gruñidos. Al bajar totalmente las escaleras, me di cuenta de que era la pantera desgarrando una rata entre sus zarpas. Al principio me dio asco, no había visto nunca una rata desgarrada. La pantera levantó sus gatunos ojos mientras se limpiaba el hocico lleno de sangre. Le dejé el cuenco a su lado, confuso se acercó al cuenco y lo olisqueó. Al final, se lo empezó a tomar. Me senté a su lado pensando en un nombre apropiado para ella, de repente se me vino a la cabeza las historias que me contaba Elena cuando pequeña. Trataba sobre una pequeña gata aventurera llamada Hwin. Me pareció que ese nombre encajaba con ella.
De repente, noté cómo el collar que llevaba colgado empezó a brillar, sentí cómo si me llamara, entonces, lo cogí mientras Hwin bebía. Me pareció precioso el  brillo que desprendía. Me lo coloqué, pero segundos después dejó de brillar.
Entonces, me di cuenta de que algo había cambiado en mí...

Continuará...


  
 


2 comentarios:

  1. ¡Oh! Muy bueno.

    Pero debo confesarte que cuando leí la parte donde baja para darle leche y se encuentra la pantera matando a una rata, me imagine la escena de Eragon con Serafina la versión de la película.

    El felino es muy tranquilo, yo creo que no se puede esconder a una pantera en el orfanato, son inquietos, curiosos y destructivos.

    De todas formas me va gustando la historia...Mmm...me llega el olor de un café de Moka...ups!!! ignora eso último.



    ¡Salu2!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias! Intentaremos mejorar eso de la pantera ^^

      ¡Saludos! ^^

      Eliminar